domingo, 3 de agosto de 2008

SE ACABARON LAS TARDES TAN PADRES

Se acabaron las tardes tan padres, las angustias, los gritos, los momentos de tensión, de no poder desconcentrarse ni un segundo. Fueron apenas más de dos meses, pero con eso tuve para curtirme en la realización de televisión a diario, con una responsabilidad muy fuerte, que con sus bemoles, pude concluir de la mejor manera, demostrando mis capacidades y posibilidades para sacar adelante todo tipo de proyectos y retos a los que me fui enfrentando.



Para quienes conocen la historia, ya saben a qué me refiero, a quienes no, voy a tratar de ser breve para describir y hasta justificar mi ausencia por estos meses, ya que fueron unas semanas muy difíciles, pero que como suele pasar en este tipo de situaciones, dejan a uno más fortalecido.

Todo inició con un cambio un tanto forzado de actividades. Después de venir realizando cosas que realmente me gustaban en un medio que he querido mucho, tuve que dejarlo para iniciar un proyecto que si bien nunca me convención, representaba una oportunidad más, que de una u otra forma tuve que tomar.



De esta forma, inicié como Redactor en la producción ¡Qué tarde tan padre!. En el primer mes fue “sencillo”, porque todavía no salíamos al aire, pero cuando empezó el programa, es cuando comencé a ver mi suerte.

Ya sabía que no la iba a tener fácil, sin embargo el experimentarlo, el vivirlo en carne propia es muy diferente a contarlo. Fueron 50 programas, bien sufridos cada uno de ellos, con gritos, con tensión, con muchas carreras, con sudor, dolores de cabeza, y una que otra intención de botarlo todo, pero no sucedió así.



Igual de abrupto que llegó, el programa terminó. Apenas hubo chance de concluirlo, de una forma rápida y sin muchos miramientos. Tal vez la primer sensación percibida al saber la noticia del fin fue de alivio, aunque seguida de algo de preocupación.

Sin embargo, esta experiencia, no la veo como algo malo dentro de mi carrera profesional, sino todo lo contrario. Creo que aprendí mucho más que en otros momentos, y ahora esta experiencia está transformada en herramientas que sé, me serán útiles en varias ocasiones.



Creo que resulta difícil poner las cosas en la balanza, por lo que prefiero ahora irme por las cosas buenas, y enlistas cinco puntos buenos que me deja esta experiencia, que se cierra para dar paso a algo más.

1. Toda mi vida he odiado la música de mariachis. Si bien sigue sin gustarme, el convivir con músicos de este género en toda la extensión de la palabra, no me dejan otra cosa más que una gran admiración para su virtuosismo para improvisar, para manejar su arte con una facilidad impresionante.

2. La disciplina, que si bien la viví con un liderazgo un tanto fallido, me deja muy en claro la importancia de hacer las cosas bien y sin errores, algo muy difícil cuando no tiene uno las herramientas óptimas para hacerlo, pero que en la medida de lo posible se fue dando, hasta hacerlo cotidiano.

3. Ver que los gritos, las malas formas, esos momentos difíciles no fueron en ningún momento personales, ya que la finalidad no era fregar a Luis, sino encontrar eso que buscaban los productores, que lamentablemente era algo cambiante a diario, lo cual impedía el que pudiera adelantarme a las situaciones.

4. El rating, palabra tan comúnmente utilizada, pero que luego uno cree que nada más es un “adorno”, pero que realmente es despiadada, no espera y es aún más impredecible.

5. Las personas, aunque sean “estrellas”, “divas”, “especiales”, “diferentes”, todas son personas, y en determinado momento deben fungir como equipo, con todas las dificultades que pueden ocurrir por la diferencia de caracteres. Efectivamente, "los ricos también lloran", y esas envidias de las que siempre se hablan, son ciertas.

En fin, puedo decir que además de la experiencia, me llevo a varias amistades y muchos conocidos de aquí, que el recuerdo de la tempestad será tal vez causa de risa en un futuro, y que a final de cuentas, la experiencia vivida, aunque corta, será recordada por mí como algo querido, porque ciertamente puse todo de mí durante estos meses.





Ahora se acaba, y regreso al principio. De vuelta en Ritmoson, sé que el aprendizaje y los buenos momentos seguirán. Estoy de regreso a mi esencia, eso es lo mejor, y pues aquí en el Gonzo’s Place, seguramente se verá reflejado eso.

Y pues...ya no hay más
tardes tan padres