El día de ayer, ante la petición de colaborar activamente en las entradas del programa Sin Reservas de Ritmoson Latino, acepté formar parte de una de las agrupaciones musicales más importantes de todos los tiempos, Los Beatles, y sin tomar en cuenta pena alguna, me puse frente a las cámaras para animosamente interpretar Get Back, al lado de Dani Habif, el “Ruckens” e Iván “cámara idiota”, para un momento de la emisión que pronto saldrá al aire.

Bajo la dirección de Rulo Márquez que nos pone a hacer cada cosa, de repente tuve cabello, me convertí en otra persona, y de cierta manera, me di cuenta, que efectivamente, regresaba a donde alguna vez pertenecí... o donde seguramente sigo perteneciendo.

El estar ahí haciendo una “actuación” especial, me remonté a hace ya algunos años, donde el ponerme a interpretar otras personas, incluso frente a un público, era común, y nunca era momento de pena, timidez o temor.
En varias ocasiones, sin pensarlo mucho participé en varias dinámicas como parte de mi formación profesional. Todavía recuerdo estar frente a un salón de clases caracterizado como Chabelo o filmar un corto como todo un maleante, e incluso estar subiendo en el bosque de tlalpan cargando a la más gordi buena de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Y qué decir de los ejercicios creativos que hice con mis amigos Liliana, Vicky y Sergio para elaborar peculiares y originales regalos de cumpleaños, donde igual la hacía de Forrest Gump o de algún galán telenovelero, con ideas creadas por mí.
Efectivamente mucho tiempo ha pasado, y muchos elementos que han ido apareciendo han cambiado esta situación. Tal vez efectivamente con una imagen seria, recatada, tímida o penosa lo que menos pensarían es que puedo atreverme a hacer este tipo de actividades, pero la verdad es que sí puedo, sí me gusta y sí lo hago en los momentos oportunos y necesarios, como ayer.
Y esto me lleva nuevamente a dar la vuelta completa, aunque ya hayan pasado más de diez años de aquellos inolvidables momentos, donde era más joven, y a pesar de los traumas, no era tan importante la imagen o crítica de los demás.
A final de cuentas, hoy tampoco lo es, y el caso es que ayer tuve otro de los momentos más inolvidables de mi actual lugar laboral, que ciertamente me ha dado infinidad de satisfacciones, aunque parezca que no lo demuestre.
Ayer me volví un Beatle, con la melena, los lentes, la actitud y hasta la galanura digna de generar al menos un inesperado pero agradable abrazo.

Así que acá empieza una etapa más del Gonzo´s Place, unos pequeños cambios en el look, y posiblemente la estructura de este blog, que no empieza desde cero, sino que regresa a donde alguna vez perteneció.
Por cierto, la entrada de los Beatles, y otras muy buenas, muy pronto en Sin Reservas, de Ritmoson Latino.