miércoles, 5 de agosto de 2009

IT’S A TRAGEDY FOR ME TO SEE THE DREAM IS OVER

Conocidos como el más grande fraude de la música, Milli Vanilli hizo historia a fines de los noventa, primero colocándose en los primeros sitios de popularidad con su fresca y novedosa propuesta, para más adelante, descubrir ante los ojos de todo el mundo, uno de los engaños más comentados y discutidos de la era pop.



Originalmente, el dúo formado por Fabrice Morvan y Rob Pilatus causó sensación por sus canciones pegajosas, una mezcla de pop y R&B que se fusionaban con una imagen espectacular y novedosas coreografías, que se volvieron básicas en las discotecas de los jóvenes a fines de los ochenta.

Incluso, en 1989, Milli Vanilli fue reconocido como el mejor nuevo artista de los Grammy... sólo para que unos meses después el fraude fuera dado a conocer.

Ellos no cantaban, sólo movían sus cuerpos y boca a ritmo de las canciones como Blame it on the rain, Baby don’t forget my numbre y Girl you know it’s true, y el chistesito les salió muy caro, pues desde ese momento, la carrera de Milli Vanilli como dúo o como “los verdaderos”, nunca pudo pasar este escándalo.

En 1999, Rob Pilatus falleció víctima de una sobredosis, el productor Frank Farian lanzó otros grupos con diferentes grados de éxito, pero ninguno pudo igualar lo que en poco tiempo hizo Milli Vanilli.

Efectivamente, este gran fraude es histórico, muy escandaloso e inolvidable... pero seguramente no es el único que ha existido en la historia de la música, otro más seguirán permaneciendo en el anonimato, y los estrafalarios de Milli Vanilli seguirán teniendo su privilegiado y a la vez penoso, en la memoria de los amantes de la música.

Creo que algo que ha sido sobrepasado por el escándalo es la música, que por algo pegó tanto, no sólo por la imagen del grupo. Realmente Milli Vanilli tenía canciones muy buenas.

Hoy quiero compartir esta balada, que fue uno de los tantos éxitos del único disco de Milli Vanilli. Una oda al rompimiento romántico, al adiós, al aceptar lo duro que es finalizar un amor, y prometer, que ese recuerdo siempre seguirá: I’m Gonna Miss You.

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