DON'T TELL ME... TO STOP

Nada más tuvieron que pasar ocho años, ocho años para que pudiera superar un trauma que me acompañó por mucho tiempo. Efectivamente, en la segunda parte de la entrada, puedo comentar que hoy por la mañana (muy temprano por cierto), me enfrenté a ese gran miedo de ir a la embajada de Estados Unidos, para aplicar por la visa, y finalmente, obtenerla, sin tanto drama como había ocurrido hace ya tanto tiempo.



Los recuerdos regresaron tan vívidos como si apenas hubiera sido ayer, pero efectivamente no fue ayer, fue hace mucho tiempo, y desde ese entonces hasta ahora, han pasado muuuuuchas cosas. A final de cuentas soy el mismo, pero tan sólo al mirar el tiempo desde mayo del 2001 a mayo del 2009, no cabe duda que no fue ayer.

Tras aplazarlo una y otra vez, negarme a regresar a pedir la visa, hoy me enfrenté nuevamente a ese terror que viví en tres ocasiones, y que la verdad me dejaron muy condicionado, no sólo emocionalmente, sino también físicamente.

Afortunadamente, la situación incluso de la cita, fue muy distinta, y ahora ya nada más espero recoger el pasaporte con la visa, para viajar la semana entrante a Chicago.

Me voy a coordinar la entrega del Premio Orgullosamente Latino a Reik, que de estar siempre por territorio azteca, ahora andan de gira por los Estados Unidos.



Esta ha sido la excusa para vencer ese temor, que fue grueso, y que finalmente puedo decir que ahora sí se ha ido.

Ahora espero la experiencia, que promete ser muy estresante, con mucho trabajo, pero igualmente muy enrriquecedora.

Ahí les estaré contando, pero por ahora les digo que ya tengo la visa.

Y como esto sin música no tiene chiste, aquí los dejo con Madonna... este tema me lleva al 2001 nuevamente, y una vez más, el mensaje no envejece.

Este tema fue el segundo sencillo del disco Music, y creo que en retrospectiva, me sigue llegando y sorprendiendo tanto como aquella primera vez.

Don't tell me... to stop