Creo que de algunos años para la fecha, sí me he programado mucho para guardarme muchos sentimientos. Hoy me di cuenta que incluso trato de evitar esas canciones que antes me conmovían, porque creo que me es muy difícil enfrentarme a esos dolores que de repente aparecen.
Yo creo que no puedo todavía descifrar esa parte de mí, que está día a día, y que me tiene ahorita un tanto bloqueado, inquieto, molesto, triste. Y no sé si la opción (creo que tal vez sí), sea el sacarlo, el vivir ese dolor, ese malestar en el pecho, en el interior, ya que de esa forma ya podré finalmente seguir adelante, como ha sido siempre a finales de cuenta.
Hace muy poco escribí sobre la canción Jueves de La Oreja de Van Gogh. Hoy, aunque ya la conocía, me acerqué un poco más al tema Inmortal, otro sencillo del disco A las cinco en el Astoria del grupo español.
Este tema es más alegra sin lugar a dudas que Jueves, sin embargo, entre la alegría de a canción, se nota esa nostalgia, esa pena, esa tristeza de la letra.
Decía que incluso esas canciones corta venas (Como en su momento fue Back to back de Amy Winehouse o With Every Heartbeat de Robyn) han quedado un poco al lado, porque sí duelen (Aunque suene a mala canción de Arjona).
Precisamente Inmortal tiene una de esas frases que hoy precisamente hicieron mella en mí: “que corto fue al amor y que largo el olvido”.
Afortunadamente, y eso sí lo sé muy bien es que este sentimiento que raramente aparece en viernes en la noche, o más bien madrugada en el sábado, no será “Inmortal”, y que a pesar del malestar, sí es muy bueno disfrutar siempre una buena rola como ésta, de La Oreja de Van Gogh.
1 comentario:
bueno, me alegro que las canciones te transmitan todas esas cosas, sólo decirte que no atribuyamos a la Oreja de Van Gogh frases tan personales y célebres como esa, que es de Pablo Neruda. Normal que haga mella en tí, viniendo de tal poeta. Un saludo y ánimo con tu blog.
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