Los seguidores de Madonna podemos tener diferentes momentos favoritos, relacionarnos más con alguna canción o época. Algunos nos centramos mucho en algún aspecto y otros tanto pareciera que no aceptamos que Madonna haga algo que no nos guste.
Con un extenso catálogo que sigue creciendo, es importante conocer cuándo empezó todo. Ya he contado anteriormente en esta sección cómo me hice fan de Madonna en 1989. Hoy quiero contar en el Madonna Moment, la vez que compré el primer disco de la Reina del Pop y relacionar este hecho con una fecha importante y significativa en mi vida: mi cumpleaños.
Para septiembre de 1989 ya contaba con todos los discos que Madonna había sacado hasta ese momento. Después de Like A Prayer compré el soundtrack de Who’s That Girl, luego el Like a Virgin y en el “julio regalado” adquirí True Blue y You Can Dance. El que me faltaba era el primero.
El 21 de septiembre de ese año, decidí completar mi colección. No recuerdo, pero lo más seguro es que haya comprado el disco en el Gigante de Villa Coapa. En la portada del disco venía una Madonna joven, con tonos sepia, unas cadenas y el cabello rubio, lleno de spray. También el vinilo incluía una etiqueta que mencionaba la inclusión de los éxitos “Ardiendo, La Frontera y Lo Sé”.
Era mi cumpleaños número 13, y creo que esa fue la primera vez que me di cuenta lo mal que me sentía en esa fecha. Identifiqué un tipo de depresión que relacionaba con estar solo esa fecha, mucho más allá del hecho de “crecer”. Esta sensación creo que se repite hasta hoy en día y, a veces suele irse a todo el mes de Septiembre, claro ya mejor ni digo que pareciera que ahora ya es perenne esta condición, pero eso es caso de otra nota.
Finalmente el día acababa, creo que ni la familia había podido estar presente en esa ocasión, por lo que un poco con el corazón lastimado, puse mi nuevo disco en la tornamesa que estaba en la sala de la casa.
Era un aparato blanco, que se convirtió en mi mejor amigo por aquellos tiempos. Ya no escuchaba las canciones con audífonos, las ponía con un buen volumen y las disfrutaba.
Escuché todo el primer disco, que irónicamente había sido el último que había comprado. No puedo decir que haya sido mi favorito, que me haya encantado en esa primera ocasión que lo oía completo. Sin embargo, con el paso del tiempo, hoy en día se encuentra entre uno de los álbumes que más aprecio de Madonna.
Los ritmos positivos, para bailar y con mensajes agradables me hicieron esbozar una sonrisa ese 21 de septiembre; si bien no me sentí feliz, si fue un momento más agradable, donde algo externo y hasta cierto punto irreal, me podría poner de buenas. Creo que eso ocurre también hasta la actualidad y, es otra de las razones por las que existe mi amor hacia Madonna.
Han pasado casi 18 años de ese momento, y prácticamente 24 del lanzamiento del disco producido por Reggie Lucas. Hasta la fecha Holiday sigue siendo el tema más representativo de esta producción, no obstante para mi no es la canción que más me agrada.
Elegir una favorita de este disco es difícil, he pasado por varias etapas, Burning Up, Lucky Star, I Know It, Everybody, todas me gustan mucho. Sin embargo para recordar este maravilloso disco, quisiera tomar el tema que posiblemente es más representativo para mi.
Esta canción me gustó desde la primera vez que la escuché, el video también me encantó, sobre todo por ser el primer video de Madonna donde se nota una gran producción, una historia y por ser emblemático de la imagen de la reina del pop que poco tiempo después sería seguida por mucha gente.
Es un tema de amor, que en el video se desarrolla en un barrio latino de Estados Unidos. Madonna prefiere esta felicidad a la que le puede dar los lujos. Para quienes dicen que no entienden la letra de American Life, parece que el tema es recurrente desde inicio de los ochenta.
Me pongo de pie, y aplaudo fuertemente a Madonna, aquí dejo este grandioso video: Borderline.
Con un extenso catálogo que sigue creciendo, es importante conocer cuándo empezó todo. Ya he contado anteriormente en esta sección cómo me hice fan de Madonna en 1989. Hoy quiero contar en el Madonna Moment, la vez que compré el primer disco de la Reina del Pop y relacionar este hecho con una fecha importante y significativa en mi vida: mi cumpleaños.
Para septiembre de 1989 ya contaba con todos los discos que Madonna había sacado hasta ese momento. Después de Like A Prayer compré el soundtrack de Who’s That Girl, luego el Like a Virgin y en el “julio regalado” adquirí True Blue y You Can Dance. El que me faltaba era el primero.
El 21 de septiembre de ese año, decidí completar mi colección. No recuerdo, pero lo más seguro es que haya comprado el disco en el Gigante de Villa Coapa. En la portada del disco venía una Madonna joven, con tonos sepia, unas cadenas y el cabello rubio, lleno de spray. También el vinilo incluía una etiqueta que mencionaba la inclusión de los éxitos “Ardiendo, La Frontera y Lo Sé”.
Era mi cumpleaños número 13, y creo que esa fue la primera vez que me di cuenta lo mal que me sentía en esa fecha. Identifiqué un tipo de depresión que relacionaba con estar solo esa fecha, mucho más allá del hecho de “crecer”. Esta sensación creo que se repite hasta hoy en día y, a veces suele irse a todo el mes de Septiembre, claro ya mejor ni digo que pareciera que ahora ya es perenne esta condición, pero eso es caso de otra nota.
Finalmente el día acababa, creo que ni la familia había podido estar presente en esa ocasión, por lo que un poco con el corazón lastimado, puse mi nuevo disco en la tornamesa que estaba en la sala de la casa.
Era un aparato blanco, que se convirtió en mi mejor amigo por aquellos tiempos. Ya no escuchaba las canciones con audífonos, las ponía con un buen volumen y las disfrutaba.
Escuché todo el primer disco, que irónicamente había sido el último que había comprado. No puedo decir que haya sido mi favorito, que me haya encantado en esa primera ocasión que lo oía completo. Sin embargo, con el paso del tiempo, hoy en día se encuentra entre uno de los álbumes que más aprecio de Madonna.
Los ritmos positivos, para bailar y con mensajes agradables me hicieron esbozar una sonrisa ese 21 de septiembre; si bien no me sentí feliz, si fue un momento más agradable, donde algo externo y hasta cierto punto irreal, me podría poner de buenas. Creo que eso ocurre también hasta la actualidad y, es otra de las razones por las que existe mi amor hacia Madonna.
Han pasado casi 18 años de ese momento, y prácticamente 24 del lanzamiento del disco producido por Reggie Lucas. Hasta la fecha Holiday sigue siendo el tema más representativo de esta producción, no obstante para mi no es la canción que más me agrada.
Elegir una favorita de este disco es difícil, he pasado por varias etapas, Burning Up, Lucky Star, I Know It, Everybody, todas me gustan mucho. Sin embargo para recordar este maravilloso disco, quisiera tomar el tema que posiblemente es más representativo para mi.
Esta canción me gustó desde la primera vez que la escuché, el video también me encantó, sobre todo por ser el primer video de Madonna donde se nota una gran producción, una historia y por ser emblemático de la imagen de la reina del pop que poco tiempo después sería seguida por mucha gente.
Es un tema de amor, que en el video se desarrolla en un barrio latino de Estados Unidos. Madonna prefiere esta felicidad a la que le puede dar los lujos. Para quienes dicen que no entienden la letra de American Life, parece que el tema es recurrente desde inicio de los ochenta.
Me pongo de pie, y aplaudo fuertemente a Madonna, aquí dejo este grandioso video: Borderline.
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