miércoles, 14 de febrero de 2007

GUILTIEST PLEASURE – AMANDA MIGUEL


Después de varias semanas con esta sección, creo que ya fue suficiente el guardar el gusto culpable que esta semana forma parte del Gonzo’s Place. A ella la conocí siendo un niño, y desde que la vi me encantó su imagen, su voz y sus canciones. Más de 25 años han pasado de esto y como ella diría: “la amo igual”. Hoy en esta sección: Amanda Miguel.

Amanda Miguel nació un primero de junio en Gayman Chubut Argentina, aunque recientemente se naturalizó mexicana al desarrollar su exitosa carrera en este país.

Cuando tenía 16 años se mudó a Buenos Aires con su familia, donde concluyó sus estudios de música. Es ahí donde conoció a su esposo, Diego Verdaguer, quien ya era una figura musical, con quien comienzó como corista.

A principios de los ochenta se hizo famosa con el lanzamiento de su disco “El Sonido Vol. 1” del cual se desprendió el clásico del pop en español “Él me mintió”. En aquel tiempo (y actualmente también) su estilo representó algo totalmente diferente a lo que se podía escuchar en castellano gracias a su voz profunda y con una tesitura perfecta para interpretar temas del género Rhythm And Blues.

A lo largo de su exitosa carrera, la intérprete ha recorrido países como México, Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico, Chile, Argentina, Bolivia y Perú, entre otros.

Durante toda la década de los ochenta, gozó de las mieles de la popularidad gracias a temas como: Así no te amará jamás, cosquillas en el pecho, castillos y El Gato y Yo, entre otros.

A mediados de esta década dió a luz a su hija única Ana Victoria, quien sigue preparando su lanzamiento como cantante.

En 1987 regresó con la canción y el álbum “El Pecado” que nuevamente la encumbraron como una de las favoritas en el gusto del público. Cuando parecía que su carrera empezaría a estancarse, en 1989 lanzó “El Rostro del Amor” que se vuelve el tema de la visita del Papa Juan Pablo II a México.

En los noventa, después de grabar un disco de música ranchera, desapareció de las carteleras musicales, en un retiro obligado cuando las tendencias radiofónicas cambiaron y dejaron a algunas divas de los ochenta, de quienes ya he escrito anteriormente, recluidas con sus familias y otros tipos de problemas.

Después de algún tiempo de receso, Amanda volvió a los estudios de grabación en 1996 con Ámame una Vez más. Sin embargo el lanzamiento se vio opacado por su cambio de imagen, donde finalmente había dejado sus rizos característicos para optar por una cabellera lacia. El resultado fue rechazado por sus seguidores, por lo que al poco tiempo volvió con su imagen de siempre.

La carrera de esta mujer no ha vuelto a ser lo que representó en los ochenta, sin embargo desde principios del año 2000 regresó a los escenarios al lado de su esposo en un espectáculo que se ha presentado en varios países, con llenos absolutos gracias a sus seguidores que reviven aquellos años y se estremecen con la nostalgia que representa la interpretación de alguno de los inolvidables temas de esta mujer.

De esta forma, del teatro Blanquita pasaron al Metropólitan y de ahí al Auditorio Nacional donde recientemente celebraron el día del amor y la amistad, en un par de conciertos que precedieron lo que actualmente, Marco Antonio Solís “el Buki” lleva a cabo en el recinto de Reforma.

Al escuchar una canción de Amanda Miguel me remoto instantáneamente a mi niñez. Recuerdo cuando mi madre insistentemente me pedía que le cantara “El me mintió” a mi tío Poncho (q.e.p.d.), y yo con todo el drama que un niño de seis años puede dar, me desgarraba igual que la Miguel entonando el tema. También vienen a mi mente las mañanas en las que me despertaba para ir a la primaria, cuando escuchaba la radio y de repente Amanda Miguel cantaba “Castillos” una canción que me ponía triste, al imaginarme el “Monstruo de piedra” en el que se convertía el rey de la cantante.

Aquella ilusión e inocencia que me hacía pensar que los cantantes que se escuchaban en la radio estaban ahí dentro interpretando los temas en vivo, es otro de los recuerdos que tengo sobre ese primer acercamiento al radio y al amor que le tengo aún hoy en día.

Creo que de todos mis placeres culpables, este es uno de los más grandes. Ya en esta década he ido en dos ocasiones a ver a Amanda en concierto. Incluso estuve en la segunda fila en una presentación que tuvo en el teatro Blanquita. Lo recuerdo y me emociono, creo que realmente este gusto es muy grande, que incluso tengo la colección de sus discos, aunque ya no le peguen tanto.

Estuve buscando un video para la canción Castillos, pero no estuvo disponible, así que la dejo nada más en audio. El video que si pongo es el de la clásica “Él Me Mintió”, su primer video, inolvidable por la intensidad de la interpretación.


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