En la sección del personaje de la semana en el Gonzo’s Place esta ocasión llega una figura representativa de la cultura mexicana, especialmente durante la segunda mitad del siglo pasado. Su presencia sigue fuerte aun cuando han pasado ya 23 años de su muerte, su posición en nuestro país sigue y, parece que incluso puede crecer más con una serie animada y una cinta sobre su vida como proyectos a concretar próximamente.
Recientemente fui cuestionado acerca de este personaje. He de reconocer que yo no conozco mucho de luchas, pero no por eso puedo negar la importancia que este deporte tiene en nuestra sociedad. Así, de no saber muchos datos, se generó en mi el interés por indagar más sobre esta figura, por lo que las siguientes líneas estarán dedicadas a este legendario personaje.
Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como Santo, El Enmascarado de Plata, fue un luchador mexicano, actor, pero sobre todo un verdadero héroe popular.
El Santo posiblemente sea el luchador más famoso en Latinoamérica, pues incluso es referido como una leyenda no sólo de este deporte, sino de la cultura mexicana. Su carrera en la lucha libre duró casi cuatro décadas, durante las cuales se convirtió en un héroe popular y un símbolo de la justicia para el hombre común, al trascender en otros medios fuera del deportivo, y volverse el protagonista de historietas y películas.
Guzmán Huerta nació en Tulancingo, Hidalgo el 23 de septiembre de 1917. Llegó a la Ciudad de México en los años 20 junto con su familia, quien se asentó en el barrio de Tepito. Desde pequeño empezó a interesarse por los deportes al practicar besibol y futbol americano, para después interesarse en la lucha.
Ya durante la segunda mitad de los 30, Rodolfo empezaba a ser reconocido como luchador, aunque su nombre final todavía no llegaba, pues utilizaba identidades como Rudy Guzmán El Hombre Rojo, El enmascarado, El Demonio Negro y El Murciélago II, entre otros.
En 1942 su entrenador, Jesús Lomelí, al crear un nuevo equipo de luchadores con vestimentas plateadas, invitó a Rodolfo al equipo. En este momento surgen tres nombres: El Santo, El Diablo y El Angel. Es entonces cuando surge el nombre que le daría popularidad mundial: El Santo. La primer lucha con este nombre ocurrió en la Arena México el 26 de junio de ese año y, a partir de entonces la leyenda inició al contar con un estilo propio, agilidad y versatilidad en las peleas.
Durante los cincuenta, el artista y editor José Guadalupe Cruz inició con la publicación de una historieta del personaje, con lo que El Santo se convirtió en el primer luchador en los comics mexicanos, y alcanzó un nivel similar al de Kalimán.
A finales de esta década, Guzmán es invitado a trabajar en el cine, e inicia otra racha exitosa en la carrera del luchador, sin dejar la actividad primordial en el ring. Fernando Osés y Enrique Zambrano escribieron los libretos para las dos primeras películas del Santo: Santo contra el Cerebro del Mal y Santo contra los Hombres Infernales, ambas estrenadas en 1958, y dirigidas por Joselito Rodríguez. La filmación de estas cintas se llevaron a cabo en Cuba.
Aunque ambas películas tenían un bajo presupuesto y fueron altamente improvisadas, tuvieron gran aceptación por parte del pueblo mexicano traducido con altos ingresos en taquilla, lo que dio paso a una larga serie de producciones protagonizadas por el Santo, mismas que llegaron a ser casi 60.
Durante el paso del Santo por el cine, los temas variaron desde historias pensadas para el público infantil, hasta las enfocadas a adultos con argumentos de terror o suspenso y bellas mujeres voluptuosas.
En México, para las generaciones recientes, posiblemente la película más famosa del santo sea “El Santo contra las Momias de Guanajuato”, cuyo nombre original es simplemente Las Momias de Guanajuato y, donde el héroe únicamente tiene una pequeña participación hacia el final del largometraje. De igual relevancia se encuentra Santo vs. las Mujeres Vampiro de 1962, que contó con alto presupuesto e introdujo el origen y la creación de la mitología del personaje, estableciendo que él era el último en una línea de luchadores contra el mal.
El Santo nunca perdió su máscara plateada en combate. Se retiró a principios de los ochenta del cuadrilátero, enfocado más en la preparación de su hijo para que ocupara el mítico lugar; aunque siguió con una presentación de escapismo en el teatro Blanquita.
Semanas antes de su muerte, sorprendió al público al descubrir su rostro en el programa Contrapunto conducido por Jacobo Zabludowsky. El 5 de febrero de 1984, al concluir una presentación, Rodolfo se sintió agotado por lo que se acostó a reposar en su camerino. En este momento sufre un paro respiratorio por lo que es llevado de urgencia al hospital, donde minutos después es declarado muerto a la edad de 67 años.
En la siguiente función que se celebraría esa noche se informó la noticia sobre el deceso del luchador. En todos los cuadriláteros del país se guardó un minuto de silencio en memoria del ídolo. Al ser enterrado, decidió conservar su famosa máscara de color plateado. A su funeral asistieron más de 10 mil personas para despedir a su héroe.
Sin embargo, con su fallecimiento su historia no terminó, y la leyenda continuó. Aunque el género de películas de luchadores desapareció prácticamente en los ochenta a causa de la llegada de las ficheras, la imagen del Santo siguió presente en la mente de la gente y las siguientes generaciones, gracias a la buena recepción que también tuvo “El Hijo del Santo”.
Para el nuevo milenio, la productora estadounidense Cartoon Network está por presentar al personaje del Santo en caricatura, con una nueva serie en la que el gran ídolo será protagonista.
Por otro lado, esta misma semana se dio a conocer la noticia sobre la posibilidad de una nueva cinta que trataría la vida de este legendario personaje. Nombres reconocidos actualmente en la industria como Guillermo del Toro, Guillermo Arriaga y Alfonso Arau, estarían involucrados en la realización de la misma, de acuerdo a declaraciones del Hijo del Santo, al conmemorar los 23 años de la muerte del luchador.
Ahora, hasta el nieto parece estar interesado en seguir la saga, lo cual podría ser algo interesante para ver si la leyenda del Santo puede seguir adelante por mucho tiempo. Al menos en México su presencia es innegable, y la gran legión de seguidores que lo ven como un personaje de culto, parece seguir con la misma fuerza que tenía cuando el ídolo contaba con vida.
Hoy, el personaje de la semana en este espacio: el inolvidable, místico e invencible Santo, El enmascarado de plata.
Recientemente fui cuestionado acerca de este personaje. He de reconocer que yo no conozco mucho de luchas, pero no por eso puedo negar la importancia que este deporte tiene en nuestra sociedad. Así, de no saber muchos datos, se generó en mi el interés por indagar más sobre esta figura, por lo que las siguientes líneas estarán dedicadas a este legendario personaje.
Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como Santo, El Enmascarado de Plata, fue un luchador mexicano, actor, pero sobre todo un verdadero héroe popular.
El Santo posiblemente sea el luchador más famoso en Latinoamérica, pues incluso es referido como una leyenda no sólo de este deporte, sino de la cultura mexicana. Su carrera en la lucha libre duró casi cuatro décadas, durante las cuales se convirtió en un héroe popular y un símbolo de la justicia para el hombre común, al trascender en otros medios fuera del deportivo, y volverse el protagonista de historietas y películas.
Guzmán Huerta nació en Tulancingo, Hidalgo el 23 de septiembre de 1917. Llegó a la Ciudad de México en los años 20 junto con su familia, quien se asentó en el barrio de Tepito. Desde pequeño empezó a interesarse por los deportes al practicar besibol y futbol americano, para después interesarse en la lucha.
Ya durante la segunda mitad de los 30, Rodolfo empezaba a ser reconocido como luchador, aunque su nombre final todavía no llegaba, pues utilizaba identidades como Rudy Guzmán El Hombre Rojo, El enmascarado, El Demonio Negro y El Murciélago II, entre otros.
En 1942 su entrenador, Jesús Lomelí, al crear un nuevo equipo de luchadores con vestimentas plateadas, invitó a Rodolfo al equipo. En este momento surgen tres nombres: El Santo, El Diablo y El Angel. Es entonces cuando surge el nombre que le daría popularidad mundial: El Santo. La primer lucha con este nombre ocurrió en la Arena México el 26 de junio de ese año y, a partir de entonces la leyenda inició al contar con un estilo propio, agilidad y versatilidad en las peleas.
Durante los cincuenta, el artista y editor José Guadalupe Cruz inició con la publicación de una historieta del personaje, con lo que El Santo se convirtió en el primer luchador en los comics mexicanos, y alcanzó un nivel similar al de Kalimán.
A finales de esta década, Guzmán es invitado a trabajar en el cine, e inicia otra racha exitosa en la carrera del luchador, sin dejar la actividad primordial en el ring. Fernando Osés y Enrique Zambrano escribieron los libretos para las dos primeras películas del Santo: Santo contra el Cerebro del Mal y Santo contra los Hombres Infernales, ambas estrenadas en 1958, y dirigidas por Joselito Rodríguez. La filmación de estas cintas se llevaron a cabo en Cuba.
Aunque ambas películas tenían un bajo presupuesto y fueron altamente improvisadas, tuvieron gran aceptación por parte del pueblo mexicano traducido con altos ingresos en taquilla, lo que dio paso a una larga serie de producciones protagonizadas por el Santo, mismas que llegaron a ser casi 60.
Durante el paso del Santo por el cine, los temas variaron desde historias pensadas para el público infantil, hasta las enfocadas a adultos con argumentos de terror o suspenso y bellas mujeres voluptuosas.
En México, para las generaciones recientes, posiblemente la película más famosa del santo sea “El Santo contra las Momias de Guanajuato”, cuyo nombre original es simplemente Las Momias de Guanajuato y, donde el héroe únicamente tiene una pequeña participación hacia el final del largometraje. De igual relevancia se encuentra Santo vs. las Mujeres Vampiro de 1962, que contó con alto presupuesto e introdujo el origen y la creación de la mitología del personaje, estableciendo que él era el último en una línea de luchadores contra el mal.
El Santo nunca perdió su máscara plateada en combate. Se retiró a principios de los ochenta del cuadrilátero, enfocado más en la preparación de su hijo para que ocupara el mítico lugar; aunque siguió con una presentación de escapismo en el teatro Blanquita.
Semanas antes de su muerte, sorprendió al público al descubrir su rostro en el programa Contrapunto conducido por Jacobo Zabludowsky. El 5 de febrero de 1984, al concluir una presentación, Rodolfo se sintió agotado por lo que se acostó a reposar en su camerino. En este momento sufre un paro respiratorio por lo que es llevado de urgencia al hospital, donde minutos después es declarado muerto a la edad de 67 años.
En la siguiente función que se celebraría esa noche se informó la noticia sobre el deceso del luchador. En todos los cuadriláteros del país se guardó un minuto de silencio en memoria del ídolo. Al ser enterrado, decidió conservar su famosa máscara de color plateado. A su funeral asistieron más de 10 mil personas para despedir a su héroe.
Sin embargo, con su fallecimiento su historia no terminó, y la leyenda continuó. Aunque el género de películas de luchadores desapareció prácticamente en los ochenta a causa de la llegada de las ficheras, la imagen del Santo siguió presente en la mente de la gente y las siguientes generaciones, gracias a la buena recepción que también tuvo “El Hijo del Santo”.
Para el nuevo milenio, la productora estadounidense Cartoon Network está por presentar al personaje del Santo en caricatura, con una nueva serie en la que el gran ídolo será protagonista.
Por otro lado, esta misma semana se dio a conocer la noticia sobre la posibilidad de una nueva cinta que trataría la vida de este legendario personaje. Nombres reconocidos actualmente en la industria como Guillermo del Toro, Guillermo Arriaga y Alfonso Arau, estarían involucrados en la realización de la misma, de acuerdo a declaraciones del Hijo del Santo, al conmemorar los 23 años de la muerte del luchador.
Ahora, hasta el nieto parece estar interesado en seguir la saga, lo cual podría ser algo interesante para ver si la leyenda del Santo puede seguir adelante por mucho tiempo. Al menos en México su presencia es innegable, y la gran legión de seguidores que lo ven como un personaje de culto, parece seguir con la misma fuerza que tenía cuando el ídolo contaba con vida.
Hoy, el personaje de la semana en este espacio: el inolvidable, místico e invencible Santo, El enmascarado de plata.
1 comentario:
wow, ya tienes hasta fans en tu blog, felicidades por el artículo, muy interesante!
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