En las últimas películas que he visto, uno de los trailers que repiten constantemente son los de la nueva cinta del realizador mexicano Daniel Gruener, Morirse en domingo", quien ya tiene una buena reputación por sus trabajos anteriores como Sobrenatural; además de estar casado con la actriz y cantante Susana Zabaleta.
Esta nueva cinta será estrenada a nivel nacional este próximo viernes 16 de febrero, y realmente por lo que he visto en los cortos es una película que no me atrae en lo más mínimo, la siento un tanto grotesca, repetitiva, e incluso aburrida, de acuerdo a mis propios gustos. Sin embargo, al realizar mi acostumbrada revisión de las noticias en línea esta semana, me encontré con un artículo publicado por el diario mexicano "El Universal", que trata precisamente sobre la conferencia de prensa convocada por Gruener para la presentación de su nueva creación.
Por supuesto, esta conferencia además de servir para promocionar a Morir en Domingo, también fue tomada como un espacio donde el realizador dio su punto de vista acerca del nuevo auge que actualmente existe con respecto al cine mexicano, aunque como él bien lo precisa, es más bien, el auge de los cineastas mexicanos.
El título del artículo acertadamente es: "Los cineastas están de fiesta, el cine nacional, no: Gruener". Mi interés por ingresar esta información, es que después de leerla, creo estar de acuerdo con varias de las premisas que menciona esta persona sobre la situación real del cine mexicano.
Efectivamente, nombres como Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu, Emmanuel Lubezki o Guillermo Arriaga, entre otros, se han hecho familiares para la comunidad mexicana, sobre todo al ser reconocidos por la academia estadounidense para tener alguna nominación al premio oscar. Sin embargo, esto no quiere decir que esta industria cuente con el mismo reconocimiento y salud deseada por el país.
Estos son algunos párrafos extraídos del artículo publicado por El Universal, directo de la agencia de noticias Notimex:
Gruener mencionó que en este instante, los cineastas mexicanos, entendiendo por ello a escritores, guionistas, sonidistas, actores, directores, productores y todos los sectores que integran la familia de hacedores de este arte, están de plácemes por tanta nominación al Oscar y tanto premio ganado, lo que hace acaparar la atención del público y medios de comunicación.
Sin embargo, lamentó que, en conjunto como industria nacional, "estamos en la calle todavía" . Abundó al decir que "mientras un buen número de creativos están en este momento en el aparador más grande del cine internacional, en el del Oscar, llamando poderosamente la atención y los ojos del mundo hacia ellos como gente talentosa, la industria del Séptimo Arte del país se sigue hundiendo sin que nadie haga nada" . Recordó que él escucha, desde hace por lo menos dos décadas, la misma cantaleta: "...Tenemos un Nuevo Cine Mexicano, la industria fílmica nacional florece y renace para entrar en una etapa gloriosa, como la bien llamada Época de Oro..." , pero no ve claro, por lo que aplaude que otros talentos hayan decidido emigrar en busca de nuevas y mejores oportunidades de expresión en el cine. Desde su perspectiva ahora, la pócima milagrosa que revivirá a la industria del celuloide en México parece ser la reforma a la Ley del Impuesto Sobre la Renta que otorga estímulos fiscales a las personas físicas y morales que inviertan en cine y "de concretarse lo que se planea en ese sentido, seguramente habrá más y mejores producciones en el mediano plazo".
Considero que efectivamente, el asunto de la industria cinematográfica mexicana tiene que ver con otros temas además de la pasión que sus creadores tienen en relación al séptimo arte, y es en ese instante cuando ingresan los elementos relacionados con el apoyo del mismo gobierno para este sector.
Efectivamente, hasta yo me sorprendí cuando recientemente, al traducir las Reformas Fiscales me topé entre toda la maraña de términos y clases de impuestos, el relacionado con la industria cinematográfica, en un apartado muy pequeño, pero que realmente debe ser tomado en cuenta, soportado y considerado como otro motor para nuestra afectada economía.
Sin embargo, el proceso en el que se va avanzando, es muy lento, y a pesar de buenos momentos y aciertos, todavía falta mucho para que "el nuevo cine mexicano" en realidad nos lleve a esa época de oro; a pesar que cada vez son más los creadores que ven mejores opciones en el extranjero que en territorio nacional.
No obstante, no todas las personas van a contar con los medios económicos para poder salir de México e iniciar la ansiada carrera en Hollywood, por lo que en primer lugar valdría la pena buscar la opción aquí, por más difícil que parezca en estos momentos.
Mi economía actual no me genera tampoco gran ansiedad por acudir a ver la nueva cinta de Gruener, tal vez como buen malinchista que soy prefiera ver algo proveniente de la meca del cine, porque como mencioné anteriormente, el estilo que se maneja en Morir en Domingo no es mi favorito. Más he de reconocer la inteligente posición del cineasta, que en resigo de ser tachado como "ardido", "oportunista" o incluso "perdedor", estableció algunos puntos de discusión muy válidos, que no nada más el gobierno o los creadores y amantes del cine deben tomar en cuenta, sino todo el pueblo mexicano, que ya se siente bendecido por el simple hecho de ser reconocido por la industria extranjera, sin seguir intentando en nuestro propio país.
El artículo completo referido en esta nota puede ser consultado en: http://www.eluniversal.com.mx/notas/406387.html
Esta nueva cinta será estrenada a nivel nacional este próximo viernes 16 de febrero, y realmente por lo que he visto en los cortos es una película que no me atrae en lo más mínimo, la siento un tanto grotesca, repetitiva, e incluso aburrida, de acuerdo a mis propios gustos. Sin embargo, al realizar mi acostumbrada revisión de las noticias en línea esta semana, me encontré con un artículo publicado por el diario mexicano "El Universal", que trata precisamente sobre la conferencia de prensa convocada por Gruener para la presentación de su nueva creación.
Por supuesto, esta conferencia además de servir para promocionar a Morir en Domingo, también fue tomada como un espacio donde el realizador dio su punto de vista acerca del nuevo auge que actualmente existe con respecto al cine mexicano, aunque como él bien lo precisa, es más bien, el auge de los cineastas mexicanos.
El título del artículo acertadamente es: "Los cineastas están de fiesta, el cine nacional, no: Gruener". Mi interés por ingresar esta información, es que después de leerla, creo estar de acuerdo con varias de las premisas que menciona esta persona sobre la situación real del cine mexicano.
Efectivamente, nombres como Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu, Emmanuel Lubezki o Guillermo Arriaga, entre otros, se han hecho familiares para la comunidad mexicana, sobre todo al ser reconocidos por la academia estadounidense para tener alguna nominación al premio oscar. Sin embargo, esto no quiere decir que esta industria cuente con el mismo reconocimiento y salud deseada por el país.
Estos son algunos párrafos extraídos del artículo publicado por El Universal, directo de la agencia de noticias Notimex:
Gruener mencionó que en este instante, los cineastas mexicanos, entendiendo por ello a escritores, guionistas, sonidistas, actores, directores, productores y todos los sectores que integran la familia de hacedores de este arte, están de plácemes por tanta nominación al Oscar y tanto premio ganado, lo que hace acaparar la atención del público y medios de comunicación.
Sin embargo, lamentó que, en conjunto como industria nacional, "estamos en la calle todavía" . Abundó al decir que "mientras un buen número de creativos están en este momento en el aparador más grande del cine internacional, en el del Oscar, llamando poderosamente la atención y los ojos del mundo hacia ellos como gente talentosa, la industria del Séptimo Arte del país se sigue hundiendo sin que nadie haga nada" . Recordó que él escucha, desde hace por lo menos dos décadas, la misma cantaleta: "...Tenemos un Nuevo Cine Mexicano, la industria fílmica nacional florece y renace para entrar en una etapa gloriosa, como la bien llamada Época de Oro..." , pero no ve claro, por lo que aplaude que otros talentos hayan decidido emigrar en busca de nuevas y mejores oportunidades de expresión en el cine. Desde su perspectiva ahora, la pócima milagrosa que revivirá a la industria del celuloide en México parece ser la reforma a la Ley del Impuesto Sobre la Renta que otorga estímulos fiscales a las personas físicas y morales que inviertan en cine y "de concretarse lo que se planea en ese sentido, seguramente habrá más y mejores producciones en el mediano plazo".
Considero que efectivamente, el asunto de la industria cinematográfica mexicana tiene que ver con otros temas además de la pasión que sus creadores tienen en relación al séptimo arte, y es en ese instante cuando ingresan los elementos relacionados con el apoyo del mismo gobierno para este sector.
Efectivamente, hasta yo me sorprendí cuando recientemente, al traducir las Reformas Fiscales me topé entre toda la maraña de términos y clases de impuestos, el relacionado con la industria cinematográfica, en un apartado muy pequeño, pero que realmente debe ser tomado en cuenta, soportado y considerado como otro motor para nuestra afectada economía.
Sin embargo, el proceso en el que se va avanzando, es muy lento, y a pesar de buenos momentos y aciertos, todavía falta mucho para que "el nuevo cine mexicano" en realidad nos lleve a esa época de oro; a pesar que cada vez son más los creadores que ven mejores opciones en el extranjero que en territorio nacional.
No obstante, no todas las personas van a contar con los medios económicos para poder salir de México e iniciar la ansiada carrera en Hollywood, por lo que en primer lugar valdría la pena buscar la opción aquí, por más difícil que parezca en estos momentos.
Mi economía actual no me genera tampoco gran ansiedad por acudir a ver la nueva cinta de Gruener, tal vez como buen malinchista que soy prefiera ver algo proveniente de la meca del cine, porque como mencioné anteriormente, el estilo que se maneja en Morir en Domingo no es mi favorito. Más he de reconocer la inteligente posición del cineasta, que en resigo de ser tachado como "ardido", "oportunista" o incluso "perdedor", estableció algunos puntos de discusión muy válidos, que no nada más el gobierno o los creadores y amantes del cine deben tomar en cuenta, sino todo el pueblo mexicano, que ya se siente bendecido por el simple hecho de ser reconocido por la industria extranjera, sin seguir intentando en nuestro propio país.
El artículo completo referido en esta nota puede ser consultado en: http://www.eluniversal.com.mx/notas/406387.html
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