lunes, 15 de enero de 2007

MADONNA MOMENT: QUICKER THAN A RAY OF LIGHT


El año de 1998 fue muy importante en mi vida. Profesionalmente llegaba al final de mi carrera universitaria, y como todo joven emprendedor tenía muchas ilusiones sobre lo que sería mi vida que apenas iniciaba. Al inicio de ese año también realicé mi servicio social. Afortunadamente pude entrar a una pequeña radiodifusora que me dio la oportunidad de escribir varias cosas, incluyendo notas y guiones de programas, además de dejarme momentos inolvidables con amigos, situaciones, y mucho esfuerzo.

Uno de los primeros materiales que realicé fue una pequeña nota informativa que saló en el mes de enero, informando sobre el lanzamiento a principios de marzo del nuevo material discográfico de Madonna: Ray Of Light. Creo que nunca antes me había entusiasmado al realizar una actividad de este tipo, todavía recuerdo a la locutora leyendo la nota que había escrito la tarde anterior, informando sobre la puesta a la venta de la nueva música de mi ídolo.

A principios de febrero, y camino a mi clase de Alemán, en el carro sintonizaba la radio con la música del momento. Fue entonces cuando escuché por primera vez Frozen, aquel glorioso primer sencillo que dejaba escuchar a una Madonna fresca, electrónica, muy diferente a lo que nos podríamos imaginar después de haber recibido de ella la música de la cinta Evita. Una canción que rebasaba los límites entre una balada y un tema dance, era Madonna con una nueva sorpresa, realmente algo que no imaginaba de ella.

En aquel entonces, el acceso al Internet era muy limitado, no había tanta facilidad como hoy en día para poder acceder a material mucho tiempo antes de que se pusiera a la venta. Así que como siempre había sido, esperé el lanzamiento del disco para irlo a comprar a la tienda, y escucharlo por vez primera.
El 14 de febrero de 1998, después de realizar un trabajo en equipo con unos compañeros, la visita a la tienda de discos de esa tarde me dio la sorpresa de la disponibilidad del sencillo de Frozen, mismo que inmediatamente compré y escuché una y otra vez ese día. Cada vez estaba más cercana la fecha para poder escuchar completo el disco Ray of Light.

Una vez Madonna volvía a sorprenderme. En esta ocasión además de la música, la apariencia de la mujer me dejó con la boca abierta. El cabello lo tenía más largo, rizado y con un tono que anteriormente no había utilizado. Se veía mejor que nunca, fresca, joven, como si la maternidad le hubiera inyectado energía, vitalidad y juventud. No cabe duda que el look de esta era fue y sigue siendo uno de mis favoritos.

El martes 3 de marzo de 1998 era el calendarizado para el lanzamiento de Ray of Light en las tiendas de discos. Esa mañana una vez finalizadas mis clases matutinas, y en el inter para entrar a los idiomas, tomé el metro para dirigirme a la Zona Rosa y buscar en el Mix Up el disco. Al llegar y buscar dentro de la tienda, el compacto no se encontraba disponible, lo cual generó un poco de molestia. Sin embargo había un segundo plan, buscarlo en el Tower Records que estaba a tan solo unas cuadras de ahí.

Prácticamente corriendo pues el tiempo no era tanto, llegué a la tienda amarilla, y cual sería mi sorpresa cuando al entrar se escuchaba la voz de Madonna interpretando algo que decía “My substitute for love, my substitute for love”. Esa sería la primera vez que escucharía Drowned World/Substitute for Love, y por lo poco que pude oír, quede encantado. Rápidamente busqué el disco, lo tomé en mis manos, lo llevé a la caja y lo compré.

Al regresar a la escuela, presumí mi disco con mis compañeros. Por supuesto, ni siquiera lo había abierto, pues prefería esperar a estar en mi casa para hacerlo. Todavía después de la clase de alemán, tuve que pasar las cuatro horas en el servicio social, y el trayecto de regreso a la casa.

Ya eran pasadas las 10 de las noches, como haciendo un verdadero ritual, abrí el disco, revisé el librito con la letra de las canciones y las fotos de Mario Testino que veía por primera vez. Tomé el compacto y lo coloqué en mi estéreo, oprimí la teca de play, y me la pasé toda su duración escuchando canción por canción sin interrupción, leyendo lo que decía Madonna mientras escuchaba. Una vez más había muchas palabras que no conocía y que me llevaron a ampliar mi vocabulario en inglés.

La producción de William Orbit, quien anteriormente había hecho los remixes de Justify My Love y Erotica era algo que nunca había escuchado, ya no se diga en la voz de Madonna, sino en general. La excelente mezcla de la música electrónica con el pop puro de Madonna era algo magistralmente ejecutado que en más de una ocasión me dejó sin habla. En especial la audacia de la canción Ray of Light me provocó emociones que pocas veces llego a sentir: emoción, alegría, coraje, decisión. Era Madonna y una vez más estaba de regreso.
Inmediatamente, Ray of Light se convirtió en uno de mis materiales favoritos. Puedo decir hoy en día que en ese entonces, siendo fan de Madonna por nueve años, no había escuchado algo que me gustara tanto desde su Like a Prayer de 1989. Y al parecer muchos críticos estuvieron de acuerdo con esta percepción, pues a la fecha Ray of Light es el disco de Madonna más bien recibido por la crítica especializada, que más adelante la premiaría con algunos premios Grammy.
Los sencillos y los videos vinieron uno tras otro. Y ese maravilloso e inolvidable 1998 pasó con Ray of Light como la banda sonora de momentos que me definieron en muchos sentidos. Hoy a casi nueve años de haber estado viviendo con esta música, Ray of Light no sólo ocupa un lugar muy especial en mi colección, sino también en mi propio ser, que una vez más fue alimentado con el tipo de arte que me llena y que únicamente Madonna puede hacer.
Otro momento de Madonna, que como siempre, vino y se fue más rápido que un rayo de luz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente disfruto muchísisimo estas pequeñas remembranzas o trips down memory lane, soy realmente interesantes y siento que revelas un poquito de tí en estas anécdotas, me encantan!